Los objetivos expresan la intención del investigador en términos operativos, sin embargo, el origen de la línea de investigación habitualmente corresponde a un descubrimiento o hallazgo afortunado, valioso como inesperado, que se produce de manera accidental, casual o por destino, incluso cuando se está buscando una cosa distinta.
En 1922, Alexander Fleming estaba realizando un cultivo de bacterias, cuando su placa de cultivo de bacterias se contaminó con un hongo. Luego se dio cuenta que, alrededor de ese hongo no crecían bacterias e imaginó que algo las mataba; este episodio dio inicio al descubrimiento de la penicilina.
El descubrimiento por serendipia es muy común en la ciencia, que si bien podría pensarse, se produjeron por casualidad, en realidad se dieron gracias a que sus autores se encontraban atentos y abiertos a lo inesperado (aunque buscasen otra cosa, en sí), se trata de un proceso activo y no pasivo.
Por tanto, en el estudio exploratorio, la estrategia no necesariamente comienza con plantearse un objetivo, por lo menos no aquel que se completa por serendipia, al tratarse de un proceso activo, el investigador debe contar con herramientas investigativas y conocer las intenciones que se pueden plantear, en este nivel investigativo.
1. OBJETIVO IDENTIFICAR
Se encarga de evidenciar el fenómeno, hecho o acontecimiento, evidenciar por ejemplo la presencia de la enfermedad, aun cuando no se la entienda perfectamente, desde los inicios mismos de la ciencia, se sabía que las personas enfermaban, aunque no se sabía por qué, ni cómo solucionar ese problema.
Veamos el siguiente ejemplo: En diciembre de 2019 hubo un brote epidémico de neumonía de causa desconocida en Wuhan, provincia de Hubei, China; Según el Centro Chino para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el 29 de diciembre un hospital en Wuhan admitió a 4 personas con neumonía atípica, quienes trabajaban en un mercado local.
El hospital reportó este acontecimiento al CDC, cuyo equipo inició de inmediato una investigación; los síntomas de la enfermedad incluían: fiebre, malestar, tos seca, dificultad para respirar y fallo respiratorio; en los exámenes complementarios se observaron infiltrados neumónicos invasivos en ambos campos pulmonares detectados a partir de las radiografías de tórax.
El 31 de diciembre, el Comité de Salud Municipal de Wuhan reportó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que 27 personas habían sido diagnosticadas con neumonía de causa desconocida, 7 de ellas en estado crítico; para el 1 de enero de 2020, se descartó que la causa fuera el SARS, el MERS, la gripe aviar u otras enfermedades respiratorias causadas por virus.
El 7 de enero de 2020 los investigadores chinos habían aislado al virus causante de la enfermedad, y realizaron la secuenciación del genoma; esta secuenciación estuvo disponible para la OMS el 12 de enero del 2020, a partir de entonces se tiene plenamente identificado al virus, así como a la enfermedad que produce.
2. OBJETIVO DEFINIR
Se encarga de conceptualizar, el fenómeno, hecho o acontecimiento, esto con la clara intención de desarrollar una línea de investigación y consecuentemente de que, una comunidad se encargue de la misma, ¿Cómo podrían los investigadores estudiar el mismo fenómeno, si lo conceptualizan de manera diferente?
El 12 de enero del 2020, la OMS recibió el genoma secuenciado del nuevo virus causante de la enfermedad y lo nombró temporalmente 2019-nCoV, del inglés 2019-novel coronavirus (nuevo coronavirus), y a la enfermedad se la llamaba “infección por 2019-nCoV” en las publicaciones médicas; los medios televisivos lo denominaron SARS de Wuhan o Gripe de Wuhan.
Un nombre es importante para evitar el uso de otros nombres que puedan ser inexactos y se recomienda que el nombre no contenga nombres de personas o referencias a ningún lugar, especie animal, tipo de comida, industria, cultura o grupo de personas, para evitar que hubiera estigmatización contra algún colectivo.
El 30 de enero, la OMS recomendó que el nombre provisorio de la enfermedad fuera «enfermedad respiratoria aguda por 2019-nCoV», hasta que la Clasificación Internacional de Enfermedades diera un nombre oficial. El 11 de febrero de 2020 la OMS anunció que el nombre oficial de la enfermedad sería COVID-19. Un acrónimo de COronaVIrus Disease 2019.
El mismo 11 de febrero de 2020, el Comité Internacional de Taxonomía de los Virus (ICTV) nombró al virus como “coronavirus de tipo 2 causante del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2)”. Esto porque el virus está genéticamente relacionado con el coronavirus responsable del brote de SARS de 2003, aunque se trata de un virus diferente.
3. OBJETIVO INTERPRETAR
Permite interpretar un fenómeno, o por lo menos tratar de entenderlo, para ello haremos uso de la hermenéutica, esto se puede entender cómo, el arte de explicar, traducir o esclarecer los hechos; se refiere también a que, alguna cosa se vuelve comprensible o se lleva a la comprensión.
Si sabemos de dónde proviene el SARS-CoV-2, podremos tomar acciones para prevenir nuevos brotes pandémicos de este y otros coronavirus. Lo que sabemos hasta ahora es que el nuevo coronavirus tiene su origen en un mercado de mariscos situado en la ciudad china de Wuhan. El primer caso notificado fue, el de un trabajador del citado mercado.
Tras diversos análisis, se encontró en esta persona el SARS-CoV-2, un virus que guarda similitudes con los otros coronavirus conocidos, pero no es exactamente igual. La historia evolutiva del coronavirus se puede reconstruir a partir de su genoma, el genoma del SARS-CoV-2, es 96% idéntico al genoma de otros coronavirus que infectan murciélagos.
El 20% de los resfriados comunes lo producen cuatro coronavirus endémicos, pero otros dos en este siglo fueron epidémicos: el causante del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) del 2003, y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) del 2012, el nuevo coronavirus es muy similar al SARS, pero aún más a otros dos coronavirus de origen animal.
La transmisión zoonótica del animal al hombre tiene dos teorías: En la primera, el virus habría reunido sus actuales características genéticas por selección natural en el animal que transmitió el virus a los humanos. En la segunda, la selección natural que confiere al virus su patogenicidad se dio ya en humanos, después de producirse la transferencia zoonótica.
4. OBJETIVO DETERMINAR
Intenta conseguir una secuencia lógica de procedimientos para detectar la presencia del fenómeno, no se puede construir una línea de investigación, si no se tiene plena concordancia de la presencia o ausencia del fenómeno entre investigadores, entonces se trata de universalizar la forma de identificar el fenómeno.
El 5 de enero de 2020, un equipo del Centro Clínico de Sanidad Pública de Shanghái consiguió secuenciar el ARN del nuevo coronavirus. Este logro se mantuvo en secreto hasta que, seis días después, unos investigadores lo filtraron a varios sitios web. Este acto permitió a la comunidad internacional comenzar a desarrollar tests diagnósticos.
El 6 de febrero el Hospital Zhongnan de la Universidad de Wuhan recomendaba el diagnóstico en función: al riesgo epidemiológico y la clínica. Pacientes que viajaron recientemente a Wuhan o que tuvieron contacto con alguien infectado, además de dos o más de los siguientes: fiebre, signos radiológicos de neumonía, leucopenia y linfopenia.
La OMS publicó hasta ahora, la prueba más comúnmente utilizada y confiable para el diagnóstico de infección por COVID-19, consiste en la detección de ARN viral, la prueba se denomina Retrotranscripción seguida de Reacción en Cadena de la Polimerasa Cuantitativa en Tiempo Real (RT-PCR) a partir de muestras respiratorias o de sangre.
La infección por COVID-19, también se puede detectar indirectamente midiendo la respuesta inmunitaria del huésped a la infección por SARS-CoV-2. Este diagnóstico serológico es especialmente importante para los pacientes con enfermedad leve a moderada que pueden presentarse tarde, más allá de las primeras dos semanas de inicio de la enfermedad.